Descubrí como el artículo 21 cambió el antes y después.

GNS Personal

15 sep, 2025

Durante muchos años, cada pago de sueldo se materializaba en un papel que debía ser impreso y firmado por el trabajador. Esa firma era la garantía de que había recibido su salario. No importaba si la empresa ya utilizaba sistemas informáticos: el recibo físico seguía siendo obligatorio y la firma, ineludible. 

Con la llegada del Decreto 278/017 y, en particular, de su Artículo 21, comenzó una transformación. La normativa reconoció la validez del recibo electrónico, abriendo la puerta a una nueva manera de gestionar las liquidaciones. Ya no era necesaria la firma en papel si el pago se realizaba por medios electrónicos y se cumplían los requisitos legales. Fue un punto de inflexión que marcó el inicio de la digitalización formal en este proceso.  Esto benefició significativamente en el ahorro en tiempo, costos operativos y espacio físico.

A partir de entonces, las empresas pudieron dar un salto hacia la eficiencia: los recibos electrónicos adquirieron la misma fuerza legal que los de papel, eliminando trámites manuales y sumando seguridad, trazabilidad y rapidez. Lo que antes era una obligación engorrosa —imprimir y firmar recibo por recibo— se convirtió en un proceso más ágil y moderno, alineado con la transformación digital. 

Cuando el Artículo 21 del Decreto 278/017 reconoció la validez de los recibos electrónicos, no solo cambió la manera en que las empresas podían gestionar sus liquidaciones sino que se abrió una oportunidad única para modernizar procesos.

En este contexto, GNS identificó la necesidad de las organizaciones de contar con herramientas confiables, seguras y alineadas con la normativa, viéndolo como una oportunidad. Así nació la elaboración de su software: solución de recibos digitales, permitiendo a las empresas cumplir con la ley, reducir tiempos administrativos y dar un paso firme hacia la transformación digital.